Del Monumento a la Revolución y de la Glorieta de Insurgentes se llevan placas, enchufes y lámparas, parte del mobiliario urbano que es robado de plazas públicas de la Ciudad de México.
En la Glorieta de Insurgentes fueron arrancados enchufes eléctricos.
“Los quitan, los desarman, no sé con qué finalidad, porque finalmente ¿para qué pueden servir? No se llevan los cables porque tienen la corriente”.
Juan Rodríguez | Visitante
La plaza pública fue remodelada en noviembre de 2017 y hoy en día ya luce desmantelada.
Placas decorativas, a nivel de piso, como la de las estaciones del Metro Juárez y Taxqueña ya no están, tampoco rejillas de coladeras, ni tapas de registros para el cableado de luminarias.
Y en donde había lámparas de piso, sólo quedan huecos con cables enmarañados.
Lo mismo ocurre en las inmediaciones del Monumento a la Revolución, de un pedestal fue arrancada la placa del escudo del estado de Puebla.
Misma suerte del sistema de iluminación de los camellones, así como del mobiliario que delimita avenidas. Todos los bolardos han desaparecido y ponen en riesgo a los peatonesdebido a automovilistas que dan vuelta prohibida sobre el camellón.
Trabajadores de la zona advierten cómo el equipamiento urbano de la zona disminuye con el paso de los días.
“Pueden estar mucho tiempo ahí, de hecho hay muchos flojos, pero de repente los acomoda uno, y luego ya no están”.
Juan Ortega, mesero
En la Ciudad de México el robo de mobiliario público se castiga con pena de dos a seis años de prisión.