Las mil 244 reservas, que fueron presentadas anoche después de que el «Plan B» fuera aprobado en lo general en el Senado, mantienen anclados a los legisladores en sus escaños esta mañana.
De un plumazo, la bancada morenista bateó el paquete de reservas que había presentado el coordinador del grupo, Ricardo Monreal, que ni siquiera subió a tribuna a leerlas.
«No se admite a discusión», anunció el presidente, Alejandro Armenta.
Pasadas las seis de la mañana, el senador Emilio Álvarez Icaza pidió desde su escaño a la Mesa Directiva que tomara consideraciones especiales para el personal de cocina y de resguardo que lleva casi 24 horas sin descanso.
«Que vayan a descansar todos los trabajadores», propuso el morenista Félix Salgado Macedonio, después de reclamarle a Álvarez Icaza por haber llamado a la gente a «tomar» el Senado.
El grueso de los senadores se mantiene en el Pleno a la espera del desahogo de las mil 244 reservas. La mayoría va a sus oficinas, descansa y regresa a ocupar sus escaños.
No se tiene la certeza de cuántas reservas han sido ventiladas.
Hasta esta mañana, además de la cuestionada reserva que procura la «vida eterna» a los partidos que conforman la chiquillada, también fue aprobada la que permite la propaganda gubernamental.
Los servidores públicos podrán difundir logros, programas y obras del Gobierno en tiempos electorales, sin que puedan ser sancionados. Se reconoce, además, el ejercicio de libertad de expresión de los funcionarios para difundir los logros.
Finalmente, se reafirmó la permanencia de la Sala Regional Especializada tal y como está actualmente.
Además, se permitirá la reelección de senadores y diputados sin que se separen de sus escaños y curules. Los estados tendrán facultades para regular el financiamiento de los partidos a nivel local.
Al filo de de las 7:30 horas, el presidente de la Mesa Directiva anunció que se habían acabado las reservas presentadas.