En la contramarcha oficial, encabezada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, hubo pago a algunos manifestantes, pase de lista y asistencia forzada de comerciantes.
Un reportero acompañó al contingente de Morena en Nuevo León, donde coordinadores repartieron hasta 300 pesos a las personas que hicieron el viaje a la Ciudad de México, así como gorras y alimentos.
Fue una caravana de cinco camiones que salió de Monterrey y llegó a la Ciudad de México en la madrugada del domingo, integrada principalmente por empleados de la Secretaría de Bienestar que viajaron con familiares, incluidos niños.
Contrario a lo que ocurrió con los grupos de otras entidades, la caravana de Nuevo León se dividió y algunos viajeros optaron por conocer Tepito y otros puntos emblemáticos de la capital.
Trabajadores de vía pública de diferentes Alcaldías de la Ciudad de México fueron forzados a participar en la movilización por personal de la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo del Gobierno capitalino.
«Nos dijeron que es para que salgan las licencias. Nos hicieron la invitación, aunque decía que no era a fuerza, pero a muchos compañeros los estuvieron presionado y amenazando que, si no iban, les iban a suspender su licencia de trabajo», contó una trabajadora.
Un amplio grupo de Iztapalapa fue movilizado en microbús hasta la Avenida Insurgentes, donde la persona responsable del contingente pasó lista. «No se olviden de pasar lista, ¿quién no ha pasado lista?», preguntaba al arribo.
A los vecinos de Iztapalapa les repartieron banderas y carteles, así como bolsas de desayunos. Antes de que avanzaran a Paseo de la Reforma les tomaron foto «para mandarla a los de arriba» y asegurar que estuvieron presentes en la marcha de apoyo al Presidente.
Paga Morena acarreo, pero van a turistear
Oficialmente, las personas que llenaron los camiones pagados por Morena que el sábado pasado salieron de la capital de Nuevo León a la Ciudad de México eran simpatizantes del Presidente Andrés Manuel López Obrador que iban a apoyarlo en la contramarcha del domingo.
La realidad, sin embargo, fue que buena parte de los que iban señalaron que su interés era el viaje gratis a la capital del País y «turistear», no marchar con López Obrador y mucho menos escucharlo en el Zócalo.
Para tratar de cumplir con su cuota de unas 4 mil personas para la marcha del Presidente, morenistas de Nuevo León organizaron una red de acarreo que incluyó el pago de entre 150 y hasta 300 pesos en «viáticos» para cada uno de los viajeros.
Durante el trayecto, los asistentes, en su mayoría empleados de la Secretaría de Bienestar federal, acompañados por familiares y amigos, platicaron que iban no porque querían marchar, sino por la oportunidad de turistear.
Además de transporte en autobús sin costo, los participantes recibieron lonches, playeras y gorras de Morena.
Tras arribar el domingo a la CDMX y pasar lista, los manifestantes regios se dispersaron entre la multitud y, de los miles que habrían ido, apenas se observó a un grupo de unas 250 personas marchando con Judith Díaz, delegada federal de Bienestar en Nuevo León.
Con el grupo desintegrado, el reducido contingente avanzó hasta el Ángel de la Independencia, pero entre los empujones y la falta de espacio para avanzar, cada quien caminó por su cuenta.
Al no poder llegar hasta el Zócalo, porque era imposible caminar entre la multitud, el grupo esperó en la Alameda Central y más tarde se separó.
El resto de los asistentes se fue a pasear. Según mensajes al grupo de WhatsApp creado para comunicarse, varios se fueron a comer al barrio de Tepito o Peralvillo, mientras que otros acudieron a restaurantes de la Zona Rosa.
«Vénganse un rato a Tepito, está cerca», escribió Moisés después de las 15:00 horas, cuando el Presidente López Obrador daba su discurso ante un Zócalo que no se llenó.
Yolanda Álvarez, una de las organizadoras, dio la instrucción de estar en los autobuses a las 17:00 horas, pese a que el evento presidencial se prolongó más allá de esa hora.
«A las 5 (de la tarde) en el camión», escribió. «Ya comidos y van al baño antes».
Ya de regreso a la capital de Nuevo León, la plática en el camión giró sobre los lugares que se visitaron. Más se habló en el camión de lo que los viajeros comieron en Tepito y otros sitios, que de la marcha del Ángel de la Independencia al Zócalo y el discurso presidencial.
El autobús salió a las 18:30 horas, pero los miles de camiones que intentaban abandonar la Ciudad de México provocaron un caos.
La intención era llegar a las 05:00 horas a Monterrey.
Sin embargo, dos atorones viales en la Carretera 57 provocaron que el viaje de retorno fuera de casi 16 horas, en lugar de las once que usualmente se hacen.
Entre Querétaro y Guanajuato, el recarpeteo de la vía federal hizo que el autobús fuera a vuelta de rueda.
Y antes de llegar a San Luis Potosí, el accidente de un trailer provocó el cierre de la carretera por más de dos horas.
Tras el calvario en la Carretera 57, el autobús llegó a la Ciudad de Monterrey casi a las 11:00 horas.