En entrevista telefónica exclusiva para este diario, el ingeniero Eduardo Dagdug Contreras analizó los severos impactos que ha tenido el sector energético por el Covid-19 y aseveró que esta pandemia ha contribuido a una drástica disminución en la demanda de petróleo, lo que ha dado lugar a una caída significativa en sus precios y reducciones en la producción, especialmente como consecuencia de la guerra de precios entre Rusia y la OPEP.
“A medida que avanza el tiempo, se espera que el sector se enfrente a dos retos muy importantes: manejar los problemas de la emergencia de salud a los que todos los sectores hacen frente y, en forma simultánea, lidiar con un escenario nunca antes visto, con baja producción, menor demanda, así como la necesidad de proteger los ingresos y gestionar las obligaciones de deuda”, detalló.
El empresario tabasqueño sostuvo que los planes de contingencia tradicionales prevén la efectividad operativa tras eventos como desastres naturales, incidentes cibernéticos e interrupciones del suministro eléctrico, entre otros factores, pero generalmente no consideran cuarentenas extensas, cierres generales de escuelas, y restricciones adicionales de viajes que pueden ocurrir en caso de una emergencia sanitaria, como la del COVID-19.
“Mirando hacia al futuro, este entorno de precios deprimidos del petróleo, disminución de ingresos y caídas en la producción probablemente continuará presentando importantes desafíos para las empresas de petróleo y gas, especialmente para aquellas en riesgo de no poder refinanciar la deuda o no poder cumplir con los compromisos de deuda existentes. Como resultado, la industria podría enfrentarse a posibles quiebras pero todo dependerá de la estrategia que se siga”, abundó.
El director general de la empresa Kaisen Construcciones señaló que, en el caso de México, la dinámica de recuperación es diferente, siendo que Petróleos Mexicanos (PEMEX) debe de mantener tanto los niveles de producción establecidos por el Gobierno, como también colocar en el mercado (nacional o internacional) los volúmenes acordados con sus clientes.
“En consecuencia, las empresas del sector deberán tomar medidas de seguridad permanentes y contingentes para sus empleados, en particular, decidir qué funciones se pueden llevar a cabo en forma remota en caso de que surja un brote entre sus integrantes”, subrayó.
Dagdug Contreras dijo que se debe hacer un análisis de rentabilidad a nivel campo o pozo, ya que las proyecciones de efectivo dependerán de este “margen de efectivo” respecto a la curva de disminución y realizar una revisión del presupuesto de gastos capitales y corporativos para identificar no sólo inversiones marginales, sino también elementos discrecionales que se puedan descartar.