El aumento de la pobreza agravará consumo cultural

En México, debido a la pandemia de Covid-19 se cerraron cines, teatros y museos, lo que implicó que disminuyera el consumo cultural de 43.2% en septiembre de 2020 a 17.3% en mayo de 2021, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi); sin embargo se prevé que esa situación se agrave debido a la crisis económica por la que atraviesa actualmente el país. 

El 5 de agosto pasado, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer los resultados de la “Medición multidimensional de la pobreza en México 2018-2020”, en la que se documentó que en 2018 había 51.9 millones de personas en situación de pobreza, cifra que para el año pasado aumentó a 55.7 millones, lo que en términos porcentuales significa un incremento del 41.9% a 43.9%. 

17.3% DE MAYORES DE 18 han asistido a algún evento cultural este año, contra 59% registrado en 2017 por Modecult.

“(El aumento de la pobreza) totalmente incidirá en el consumo cultural, porque la primera razón para ir a un evento cultural es el costo de los eventos. De hecho, el costo es el detalle con más del 40% tanto en hombres como mujeres que se considera. Esa es la primera decisión que se toma en cuenta cuando asiste a un evento cultural y a nivel nacional, el ingreso cayó el 6%. Ya sabemos que los eventos culturales no se dan en niveles educativos bajos, entonces se descarta el ámbito rural, tendremos que concentrarnos en el ámbito urbano, donde el ingreso cayó un 8%, lo que significa que todavía será mayor el impacto (de consumo cultural)”, dice Edgar Vielma Orozco, director general de Estadísticas Sociodemográficas del Inegi. 

En el indicador de la pobreza en el informe del Coneval se detalló que de los 55.7 millones de personas en situación de pobreza, 44.9 millones están en situación de pobreza moderada y 10.8 millones en pobreza extrema. 

“El 44% del gasto en hogares con menos recursos lo destinan a la alimentación y si se suma el transporte, ya es más de la mitad del gasto destinado a sobrevivir. Evidentemente no quedará recursos para el tema de la cultura”, señala Vielma. 

Otro indicador del Coneval fue el de “rezago educativo”, en el que también se registró un aumento, pues se pasó de 23.5 millones de personas, en 2018, a 24.4 millones, en 2020 en esa situación. 

25% DE LA POBLACIÓN sin educación básica asiste a eventos culturales contra casi el 80% con grado de educación superior.

El factor educativo, explica Vielma, es de suma importancia, pues el 25% de la población sin educación básica asiste a eventos culturales, en comparación con aquellos con grado de educación superior que acuden a esas actividades y representan 80%. 

“Es abrumadora la diferencia, porque la lectura y los eventos culturales no son más que una expresión multidimensional del conocimiento, si no existe ese conocimiento, jamás se va a expresar en estos componentes. Las personas con primaria ganan en promedio 10 mil pesos trimestrales, contra un profesional que gana 34 mil, o de posgrado completo que ganan 70 mil. No se puede participar en una actividad culturalprimeramente si no se tiene conocimiento, pero tampoco si no se tienen recursos, porque a final de cuentas es una forma de expandir el conocimiento, pero también es una forma relación y distracción. El descanso cuesta”, sostiene el maestro en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). 

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Visitantes recorren el Palacio de Bellas Artes, que en marzo pasado reabrió por segunda vez en lo que va de la pandemia. 
 

La cultura en cifras

Desde 2017, el Inegi realiza el levantamiento del Módulo sobre eventos culturales seleccionados (Modecult), sobre la asistencia e interés de la población mayor de 18 años a obras de teatro, conciertos o presentaciones de música en vivo, espectáculos de danza, exposiciones y proyecciones de películas o cine. 

En el primer estudio de hace cuatro años se documentó que 59% de personas mayores de 18 años asistieron a algún evento cultural. En 2018 58.1%, en 2019 57.8% y en 2020 43.2%, pero la situación se agudizó en 2021, pues el índice bajó hasta el 17.3%, esto se debe principalmente debido al cierre de espacios debido a la pandemia de Covid-19. 

“No se puede participar en una actividad cultural primeramente si no se tiene conocimiento, pero tampoco si no se tienen recursos”; Edgar Vielma Orozco, Director general de Estadísticas Sociodemográficas del Inegi. 

En el documento con el último levantamiento que se llevó a cabo en mayo pasado a personas mayores de 18 años y cuya muestra fue de 2 mil 336 viviendas del país, se detalló que antes de la pandemia, en mayo de 2019, las mujeres (52%) asistían en mayor porcentaje que los hombres (48%) a eventos culturales. 


Para 2020, la pandemia impidió que se realizara el levantamiento en mayo —como se realiza desde 2017—. Fue hasta septiembre de ese año que las condiciones sanitarias permitieron que se llevara a cabo, pero hubo un cambio, pues los hombres (47%) declararon asistir en mayor porcentaje a eventos culturales que las mujeres (39.8%). 

En el levantamiento de mayo pasado, la tendencia se mantuvo, pues 18.9% de hombres dijeron haber asistido a un evento cultural, mientras las mujeres que contestaron afirmativamente representaron el 15.9%. 

Con la llegada de la pandemia, algunas actividades se trasladaron a Internet, donde se han podido seguir transmisiones de ópera, teatro, danza y cine; así como impartición de talles, pero ¿esta situación se ha podido documentar en el levantamiento Modecult que realiza el Inegi?, se le pregunta. 

44% DEL GASTO en hogares con menos recursos se destina a la alimentación; aparte es el transporte.

“Donde se ha reflejado de manera más importante es en la lectura. En el ámbito del Internet, necesitamos —al igual que sucedió con la educación— que madure el ‘fenómeno’ para que entonces una encuesta probabilística lo pueda identificar. Si bien ya tenemos identificado que se empiezan a dar eventos culturales vía plataformas, necesitamos que eleve su probabilidad de identificación. Por ahora, las primeras pruebas nos dicen que (ese fenómeno) inició hace muy poco, necesitaríamos que fuera una práctica un tanto masiva, para que pueda ser identificado. Es decir, la encuesta es una medición probabilística a nivel nacional de 2 mil 336 viviendas y en términos probabilísticos, (el consumo cultural por Internet) es muy difícil que lo identifique este tipo de proyectos estadísticos”, sostiene Edgar Vielma. 

Esperanza Padierna

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