En el tercer trimestre de 2022, los salarios de los trabajadores formales en México cayeron 3.6 por ciento real anuall.
Esto es descontando la inflación observada y respecto al mismo periodo de 2021, reveló un análisis de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami).
El ingreso promedio de julio a septiembre pasados se ubicó en 10 mil 612 pesos mensuales, contra 11 mil pesos de un año previo, ambas cifras medidas en precios constantes del tercer trimestre de 2022.
Por otro lado, los trabajadores del sector informal también han visto mermados sus ingresos, aunque en menor porcentaje, ya que los salarios se ubicaron en 5 mil 796 pesos mensuales, con una baja anual real de 0.6 por ciento.
El ingreso laboral promedio de la población ocupada (formal e informal) en el tercer trimestre fue de 7 mil 926 pesos mensuales, eso representa una caída real de 1.8 por ciento, respecto al mismo trimestre de 2021.
«Durante el tercer trimestre se observó una caída en el ingreso laboral promedio de las personas trabajadoras respecto al mismo trimestre del 2021 de 1. 8 por ciento y de 2.3 por ciento frente al periodo previo, en términos reales.
«Esto se debe a que la alta inflación ha mermado el poder adquisitivo del ingreso de las personas ocupadas», señaló la Conasami.
En su «Informe Mundial sobre Salarios 2022-2023», la Organización Internacional del Trabajo (OIT), advirtió que la inflación puede repercutir más en el costo de vida de los hogares con menores ingresos.
Esto se debe a que estas familias dedican la mayor parte de sus ingresos a la adquisición de bienes y servicios esenciales, los cuales suelen estar sujetos a mayores subidas de precios.
El organismo puso el caso de México, donde los hogares del decil inferior de la distribución de ingresos, (o sea el 10 por ciento de los hogares con ingresos más bajos), gastan 42 por ciento de sus recursos en alimentos, mientras que los del decil superior solo dedican 14 por ciento de sus ingresos a esos artículos.
Al estimar la variación del costo de la vida entre 2021 y 2022 en cada decil de la distribución de ingresos de los hogares, se constata que el aumento del costo de la vida en los hogares de ingresos bajos puede ser entre uno y cuatro puntos porcentuales superior al que soportan los hogares de ingresos altos, determinó la OIT.
«Eso significa que, aun en el supuesto de que se ajustaran los salarios para compensar el aumento del costo medio de la vida medido por el Índice de Precios al Consumidor, los hogares de ingresos bajos seguirían sufriendo una erosión del poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores en muchos países», señaló la OIT.