China anunció este miércoles el endurecimiento de las restricciones a sus ciudadanos que viajen al extranjero en medio de una nueva ola de contagios por COVID-19 en el país.
El coronavirus estaba casi erradicado en China y la vida volvía a la normalidad con respecto a la primavera de 2020 cuando se descubrieron nuevos casos de coronavirus el mes pasado en Nankín (este), un foco que se propagó rápidamente a 18 provincias del país.
Para controlar la aparición de nuevos casos, los servicios de inmigración dejarán de expedir temporalmente a los ciudadanos chinos pasaportes y otros documentos necesarios para viajar al extranjero: “a menos que haya una razón imperiosa”, dijo a los periodistas Liu Haitao, un responsable de la oficina de inmigración.
China registró el miércoles 71 nuevos casos, lo que equivale a cifras diarias de contagios con origen local del mes de enero.
Aunque los nuevos casos son relativamente pocos con respecto a las cifras de otros países, la extensión geográfica de este nuevo foco de contagios es la más importante de los últimos meses en China.
Pruebas masivas en China exponen nivel más alto de contagios de COVID-19 desde enero
China reportó este miércoles su nivel de nuevos casos diarios de COVID-19 desde principios de año tras una campaña de pruebas masivas y trazado que pusieron en evidencia la propagación de la variante delta del virus.
China registró 71 casos locales el miércoles, el nivel más alto desde enero, en momentos que combate su mayor brote del virus mediante pruebas masivas y confinamientos en varias ciudades.
Los resultados oficiales de las pruebas revelan pocos casos, pese a que el brote alcanzó decenas de ciudades grandes en este país de 1.400 millones de habitantes.
Pekín había celebrado su éxito en combatir el COVID-19, permitiendo la recuperación de su economía y el retorno a la normalidad en la vida de las personas, mientras el resto del mundo luchaba contra la pandemia que se ha cobrado más de cuatro millones de vidas en todo el mundo.
Pero el último brote amenaza ese logro, con casi 500 casos locales de COVID-19 reportados desde mediados de julio, cuando se detectó un foco infeccioso entre trabajadores de limpieza del aeropuerto de Nanjing.