Investigadores de la Universidad del Sur de California encontraron que la ingesta de «comida chatarra» podría afectar la capacidad de memoria en los cerebros de los adolescentes, según pruebas realizadas en ratas. La institución anunció este descubrimiento en un comunicado de prensa el 15 de abril. Los estudios en ratas que consumieron una dieta alta en grasas y azúcar mostraron problemas de memoria en ratones jóvenes que persistieron hasta la edad adulta, lo que respalda la conexión significativa entre el intestino y el cerebro.
Ante esta situación, los investigadores se plantearon cómo podría afectar a los jóvenes que siguen una dieta occidental similar, rica en grasas y azúcar, especialmente durante la adolescencia, cuando el cerebro está experimentando un desarrollo significativo. Para abordar esta cuestión, los científicos tuvieron en cuenta investigaciones previas que han vinculado la mala alimentación con la enfermedad de Alzheimer. También monitorearon los niveles de acetilcolina en un grupo de ratas alimentadas con una dieta rica en grasas y azúcar, comparándolos con un grupo de control, mientras analizaban las respuestas cerebrales de las ratas a ciertas tareas diseñadas para evaluar su memoria.
Las pruebas de memoria consistieron en permitir que las ratas exploraran nuevos objetos en diferentes ubicaciones. Después de varios días, los investigadores reintrodujeron a las ratas en el mismo entorno, que era casi idéntico excepto por la adición de un nuevo objeto. Las ratas que consumían la dieta de «comida chatarra» mostraron signos de no poder recordar qué objeto habían visto previamente ni dónde, mientras que las del grupo de control mostraron familiaridad con los objetos. Posteriormente, el equipo examinó los cerebros de las ratas después de su muerte en busca de signos de niveles alterados de acetilcolina.
Según la investigadora Anna Hayes, «La señalización de acetilcolina es un mecanismo para ayudarles a codificar y recordar esos eventos, análogo a la ‘memoria episódica’ en los humanos que nos permite recordar eventos de nuestro pasado. Esa señal parece no ocurrir en los animales que crecieron con una dieta grasosa y azucarada».
Esta situación es significativa porque la adolescencia es un período crítico para el cerebro, durante el cual se producen cambios importantes en el desarrollo, y los efectos negativos pueden persistir hasta la edad adulta. Sin embargo, los científicos descubrieron que la administración directa de dos fármacos, PNU-282987 y carbacol, al hipocampo, una región cerebral que controla la memoria y que se ve afectada en la enfermedad de Alzheimer, restauró la capacidad de memoria de las ratas.
A pesar de estos hallazgos, los investigadores enfatizaron la necesidad de realizar más investigaciones para comprender cómo revertir los problemas de memoria causados por una dieta de «comida chatarra» durante la adolescencia.
