
Científicos de la Universidad del Sur de Dinamarca (SDU) han encontrado evidencia de que la tinta de los tatuajes podría aumentar el riesgo de cáncer de piel y linfoma, según informaron el lunes 3 de marzo en un comunicado de prensa.
El estudio reveló que las partículas de tinta no solo permanecen en la piel, sino que pueden viajar y acumularse en los ganglios linfáticos. Esto preocupa a los expertos, ya que los ganglios desempeñan un papel clave en el sistema inmunológico, ayudando a combatir infecciones y filtrar sustancias dañinas. Al absorber la tinta, podrían experimentar inflamación crónica, lo que con el tiempo podría derivar en un crecimiento celular anormal y un mayor riesgo de cáncer.
Henrik Frederiksen, especialista en hematología del Hospital Universitario de Odense y profesor clínico en SDU, explicó: “Podemos observar la acumulación de partículas de tinta en los ganglios linfáticos y sospechamos que el cuerpo las percibe como sustancias extrañas.” Agregó que esto podría mantener al sistema inmune en un estado de respuesta constante, afectando su función y generando posibles riesgos para la salud.
El estudio también indicó que las personas con tatuajes grandes—definidos como mayores que la palma de una mano—presentan un riesgo casi tres veces mayor de desarrollar linfoma en comparación con quienes no tienen tatuajes. Los investigadores analizaron la edad, el momento en que se realizó el tatuaje y el tiempo de seguimiento para llegar a esta conclusión.
Signe Bedsted Clemmensen, profesora asistente de bioestadística en SDU, señaló que cuanto más grande y antiguo es un tatuaje, mayor es la acumulación de tinta en los ganglios linfáticos. Destacó que el cáncer puede tardar años en desarrollarse, por lo que la exposición a la tinta en la juventud podría derivar en problemas de salud décadas más tarde.
Aunque estudios previos han sugerido que ciertos pigmentos podrían ser más riesgosos, esta investigación no encontró una relación directa entre los colores de tinta y el cáncer. Sin embargo, se sabe que algunas tintas, como la roja, están asociadas con reacciones alérgicas.
El estudio se basó en datos de la cohorte de tatuajes gemelos daneses, analizando información de más de 5,900 gemelos en Dinamarca. Los investigadores encontraron una mayor incidencia de cánceres de piel y linfoma en personas tatuadas y ahora planean profundizar en cómo las partículas de tinta afectan los ganglios linfáticos a nivel molecular, además de determinar si ciertos tipos de linfoma están más relacionados con los tatuajes.