La petroquímica seguirá siendo una opción atractiva de inversión por varias décadas más, afirma Eduardo Dagdug Contreras

Tras asegurar que en comparación con el negocio de la refinación, la petroquímica ofrece mayores márgenes de rentabilidad, el empresario tabasqueño Eduardo Dagdug Contreras afirmó que esto le da al sector un mayor atractivo como una apuesta duradera de inversión.

Entrevistado durante la ronda de preguntas y respuestas del panel “Perspectivas del sector petrolero mexicano ante el COVID 19”, el ingeniero y experto petrolero dijo que México está a tiempo de redirigir sus inversiones y convertirse en una potencia en materia de transformación industrial, lo que colocaría al país en una posición de liderazgo en varios segmentos del negocio, aprovechando su relación de privilegio con los Estados Unidos y Canadá.

Dagdug recordó que en la década de los 80, México llegó a tener una utilización de 85 por ciento de su capacidad instalada de transformación industrial de petróleo, siendo un referente mundial en una industria con un promedio de utilización de 90 por ciento en los países más avanzados; sin embargo, la infraestructura de Pemex principalmente ubicada en el Sureste, poco a poco redujo su operación hasta llegar a la situación actual en que el país se sitúa como importador neto.

“El saldo comercial entre importaciones y exportaciones de estos productos pasó de 975 millones de dólares negativos que se registraban en 1993, a 15,966 millones de dólares negativos en 2019. La producción petroquímica de Petróleos Mexicanos cayó de 8 a 3 millones de toneladas anuales de productos y se sacó de operación a cuatro centrales petroquímicas: Escolín y Pajaritos, en Veracruz, Camargo, en Chihuahua, y Tula, en Hidalgo”, sostuvo.

Y en ese escenario, explicó que desde hace algunos años empresas estatales de otras naciones entre las que destaca Saudi Aramco de Arabia Saudita, junto con las de otros países de la región Asia Pacífico como India, China, Corea del Sur, Qatar e Indonesia, llevan a cabo más de 20 reconversiones de plantas para pasar de un uso de 20 por ciento del crudo hasta 80 por ciento para insumos petroquímicos.

“Además de la fuerte caída de la demanda de combustibles por la crisis de movilidad del Covid-19, el consumo de gasolinas ha descendido en más de 6 por ciento en los últimos años, volumen que no se recuperará pero que además continúa a la baja por la penetración cada vez mayor de los autos eléctricos en los países desarrollados y la necesidad que las nuevas normalidades tras la pandemia traerán hacia una transición a renovables más agresiva”, indicó.

Y concluyó señalando que: “Es momento de tomar decisiones pragmáticas, como el uso de la capacidad petroquímica instalada y en desuso que genera costos fijos para Pemex, además de alianzas con productores privados, para darle al país una nueva etapa de prosperidad y desarrollo que podría durar hasta el 2050, como mínimo”.