La Administración del Presidente Joe Biden tomó nota de las marchas del domingo en contra de la propuesta del Presidente Andrés Manuel López Obrador para reformar el Instituto Nacional Electoral (INE) y aseguró estar a favor de instituciones electorales independientes.
En la primera reacción del Gobierno estadounidense respecto a las marchas ciudadanas del domingo organizadas bajo la consigna de «El INE no se toca», el Departamento de Estado de EU dijo hoy que las instituciones electorales no partidistas son claves para garantizar la democracia.
«Estamos al tanto de las protestas para no tocar al Instituto Nacional Electoral (INE) que tuvieron lugar a lo largo de México este fin de semana y nuestro punto de vista es que instituciones independientes, libres de influencia política son una piedra angular de la democracia», dijo Vedant Patel, vocero de la dependencia, durante su conferencia de prensa.
«Las instituciones electorales no partidistas en particular aseguran que todas las voces sean escuchadas y son fundamentales en los procesos democráticos».
Luego de que miles de ciudadanos marcharan en contra de su propuesta de reforma electoral el domingo pasado, el Presidente López Obrador anunció hoy en su conferencia de prensa diaria que convocaría a su propia marcha el próximo 27 de noviembre para conmemorar sus cuatro años en el poder.
Esta misma semana, el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EU, el demócrata Bob Menéndez, había ya asegurado tener la expectativa de que la Administración Biden reforzaría sus esfuerzos para apoyar a las instituciones y a los actores democráticos en México.
«El potencial desmantelamiento del Instituto Nacional Electoral en México por parte del Presidente López Obrador representa el más reciente e urgente reto en nuestra campaña para restaurar los valores democráticos al centro de la política exterior (de EU) en el hemisferio occidental», dijo Menéndez.
Apenas el mes pasado, el Secretario de Estado, Antony Blinken, había asegurado que la militarización de diversas tareas gubernamentales durante el Gobierno del Presidente López Obrador, incluida la seguridad pública con la Guardia Nacional, no ponían en riesgo el estado de la democracia mexicana.