Coordinó médico mexicano cirugías en Gaza

El médico mexicano Aldo Rodríguez ha participado en misiones en Yemen, Afganistán, República Centroafricana y la República Democrática del Congo, entre otros lugares, todos ellos con conflictos armados. Pero lo que acaba de pasar en la Franja de Gaza es algo que nunca había vivido.

«Acceder es súper complicado, llegando a la zona sientes la tensión, desde que llegas a la frontera de Rafah sientes y escuchas el dron 24 horas sobre ti y obviamente los bombardeos 24 horas, lejos y cerca, están por toda la Franja de Gaza», describió en una entrevista.

Este médico cirujano originario de Monterrey, Nuevo León, llegó a Gaza el 14 de noviembre como parte de un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF), y salió de ahí el 21 de diciembre.

Coordinó las cirugías en el hospital al-Aqsa, al menos 30 diarias.

«Los hospitales están desbordados, son como mercados, donde no se puede ni caminar por la cantidad de pacientes que hay y la gente que llega a buscar refugio», contó el egresado de la UANL.

«Sabíamos que era difícil y que los bombardeos estaban súper severos, pero sabíamos que había necesidad», dijo Rodríguez, de 38 años, sobre la misión con MSF, organización con la que colabora desde 2018.

MSF brinda a su personal atención psicológica antes de cada misión pero, comparte Rodríguez, también ayuda tener fe.

«En lo que quieras, en lo que creas, tienes que tener fe y agarrarte a eso», declaró.

A continuación la entrevista completa:

‘Por los hospitales ni se puede pasar’

Aldo Rodríguez no tuvo dudas cuando Médicos Sin Fronteras (MSF) le ofreció ir a la Franja de Gaza.

Había pasado ya un mes de guerra en el enclave palestino tras los ataques terroristas de Hamas en suelo israelí el 7 de octubre, y los bombardeos en Gaza no cesaban.

«Voy a donde la organización me requiera. Venía de terminar un proyecto en Sudán, tenía un mes libre y me dijeron de la disponibilidad de Gaza, si me interesaba, y lo acepté», declaró en una entrevista este médico originario de la Colonia Villa Mitras y de la zona Cumbres de Monterrey, Nuevo León.

«La verdad no tuve dudas. Sabíamos que era difícil entrar, que los bombardeos estaban siendo súper severos, pero sabíamos que había necesidad».

Para el egresado de la Universidad Autónoma de Nuevo León, quien colabora con MSF desde 2018, fue su primera vez en Gaza, pero no en zonas de conflicto armado, pues anteriormente había estado en Yemen, Afganistán, República del Congo y la República Centroafricana, entre otros lugares.

Entró al enclave palestino el 14 de noviembre como parte de una comitiva integrada por 13 personas, entre médicos y coordinadores de proyecto.

«He estado en otros conflictos armados y este fue muy diferente porque el hecho de poder acceder a la zona es súper complicado.

Llegando a la frontera con Egipto en Rafah sientes la tensión, sientes y escuchas el dron (de las fuerzas de Israel) 24 horas sobre ti, y obviamente los bombardeos 24 horas lejos y cerca están por toda la Franja de Gaza», describió el médico de 38 años.

Los primeros 10 días, Rodríguez y sus compañeros trabajaron en el hospital de al-Nasr apoyando a los cirujanos plásticos locales y tratando de desahogar la carga de trabajo. Después, el equipo se dividió para tratar de abarcar más secciones del enclave.

«Ya en el hospital al-Aqsa yo era el encargado de un área especial de quirófanos que abrimos para disminuir la carga de trabajo en los quirófanos centrales», explicó.

Ese centro médico, dijo, estaba habilitado con 200 camas pero tenía a entre 400 y 500 pacientes. Al-Nasr, en tanto, estaba habilitado con 300 camas pero tenía el doble de enfermos.

«En Al-Aqsa hacíamos como 30 cirugías al día entre grandes y pequeñas, y en la parte central, los cinco quirófanos principales unas 40 cirugías. Trabajábamos en cierto horario, y en la noche me iba al quirófano principal para tratar de asistir y ayudar a mis compañeros que estaban súper cansados», describió Rodríguez.

El flujo de heridos que llega a los hospitales, dijo, es tan grande que no se les puede dar una atención 100 por ciento adecuada, y mucho menos a aquellos pacientes que llegan por otras razones.

«Me encontré muchísimas heridas que estaban infectadas, a las que se les necesitaba quitar el tejido infectado y hacer la curación regular para poder cerrarla y dar de alta al paciente. Entonces, si las mismas heridas por trauma estaban un poco olvidadas, imagínate los pacientes con enfermedades crónico degenerativas, los diabéticos, los hipertensos, obviamente era peor para ellos», lamentó.

«Todos los hospitales, los pocos que quedan, están desbordados. Son como pequeñas ciudades, son como mercados donde no puedes ni siquiera caminar libremente por los pasillos».

La población civil en Gaza, sostuvo el médico mexicano, está sufriendo y está siendo masacrada.

Miles de palestinos buscan refugio en los hospitales confiando en que van a encontrar ahí un lugar seguro. No obstante, a lo largo de estos meses de guerra, varias instalaciones médicas han resultado dañadas. Israel afirma y ha presentado pruebas de que Hamas utiliza algunas clínicas como centro de operaciones, justificando así las ofensivas.

«Tanto los hospitales, como el personal médico, como las ambulancias no deberían ser un objetivo, y hemos visto que hospitales están siendo atacados, han recibido misiles. Personal local de MSF perdió la vida con ataques de misiles en el hospital de al-Awda. Es una clara violación al derecho internacional humanitario», expuso el médico cirujano.

«No hay un lugar seguro en Gaza».

De acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, 1.9 millones de gazatíes, de una población de poco más de 2 millones, ha tenido que abandonar su hogar por la guerra.

Pero ni siquiera en los refugios, describió Rodríguez, están seguros.

«Viven hacinados, con poca higiene, no tienen agua, no tienen comida, están viviendo en condiciones deplorables, pero al menos están en un refugio, y en teoría deberían ser protegidos, pero han habido diversos casos que misiles les han impactado», indicó.

«¿Y quiénes están en los refugios? Las mujeres, los niños, las niñas».

En su tercer día en el hospital al-Nasr, al médico regio le tocó atender a los heridos del impacto de un misil en un centro de refugiados.

«Cayó a menos de un kilómetro de distancia. Es imposible no notarlo, retumbó todo el hospital, los vidrios también. Llegaron 120 pacientes en el transcurso de una hora u hora y media, y de esos 120, 70 ya estaban muertos o murieron en el camino, y de los 70 que murieron 30 eran niños menores de 12 años», recordó.

«Son esas cosas que no entiendes. Se supone que están en un lugar seguro y mira lo que pasa».

Tras varias semanas en Gaza, Rodríguez salió del territorio palestino el 21 de diciembre, y ahora quiere compartir lo que vio y darle voz a los que están sufriendo el impacto de la guerra.

«Hoy me toca estar de este lado como mexicano, entonces deberíamos ser más empáticos y tratar de meter más presión entre la población en general para tratar de parar esta masacre a la población civil en Gaza», expuso.

«Me consta, yo estuve ahí, yo curé las heridas de gente que simplemente estaba en un refugio, que estaba en su casa conviviendo con su familia, los niños estaban jugando. Parece que nada más estamos viendo la masacre en vivo y haciendo nada, es parte de lo que me expresaron los gazatíes, tanto los pacientes como el personal local que se sienten olvidados».

Esperanza Padierna

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