Al igual que en casi todos los municipios del país, la capital del estado de Tabasco, conocida coloquialmente como Villahermosa, sufre del agobio financiero provocado por la contratación indiscriminada de deuda pública, cuyo peso se ha vuelto operativamente insoportable debido al creciente pago de intereses y capital.
Es por ello que ha llamado poderosamente la atención la solicitud presentada hace unos días al Congreso local por el ayuntamiento de Centro que encabeza Yolanda Osuna Huerta, apoyada en el conocimiento y experiencia del economista Fernando Calzada Falcón, uno de los profesionales financieros más reconocidos tanto en México como en los mercados internacionales.
La propuesta descansa en un revolucionario esquema de refinanciamiento que no sólo aliviaría en el corto plazo las mermadas arcas del municipio que recién inició su periodo trianual, permitiendo enfrentar las principales demandas y obligaciones a su cargo, sino que le daría viabilidad económica a la a las cuatro siguientes, puesto que el nuevo horizonte se plantea para cumplirse ahora en un plazo de 15 años, dando certidumbre y confianza a la banca y al ayuntamiento deudor la oportunidad de ejecutar programas de mediano plazo con mejores perspectivas de impacto en el desarrollo municipal.
En consecuencia, aprovechando todos las posibilidades de negociación de la deuda con las instituciones bancarias, el grupo dirigido por Calzada Falcón, tres veces secretario estatal de Finanzas, está enviando un poderoso mensaje a la comunidad financiera para aliviar la pesada carga que lastra la capacidad tanto de los municipios mexicanos como de los gobiernos estatales e incluso del propio gobierno federal.
Así, Tabasco se erige nuevamente como el Laboratorio de la Revolución -en este caso financiera- que en la tercera y cuarta décadas del siglo XX identificó al estado que vio nacer al actual presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
