Con filas de usuarios esperando subir a una unidad provisional de la Red de Transporte de Pasajeros, es como se vive hoy el cierre parcial de la Línea 3 del Metro.
En la estación Indios Verdes, los pasajeros caminan formados en un espacio del paradero que fue improvisado para que abordaran los autobuses.
Varias personas hacen preguntas a personal del Gobierno de la CDMX al encontrar que el Metro está fuera de funcionamiento en cuatro estaciones.
Los usuarios que llegan desde el Estado de México además padecen el tráfico vehicular que hay sobre la autopista México-Pachuca, pues llegan a tardar más de dos horas en un viaje de Ecatepec a Indios Verdes.
En la estación La Raza, hasta ocho unidades de RTP son formadas sobre la lateral de avenida Insurgentes Norte.
Estas son las necesarias para trasladar a los usuarios habituales de la estación de la Línea 3, después del accidente del pasado sábado 7 de enero.
Las unidades RTP, que salen del Metro Indios Verdes, pasaron en las siguientes estaciones con poco espacio para más usuarios.
«Es que ya vienen súper llenos, y solo nos dejan subir de a poquito, eso hace que todo sea aún más lento», dijo Lucía, vecina y usuaria del Metro.
A pesar de la presencia de elementos de la Policía Bancaria, y personal del Gobierno capitalino dando instrucciones sobre el abordaje, aún hay muchos usuarios desorientados sobre este servicio emergente.
«Cuándo llegué no había nadie que te explicara cómo llegar a la siguiente estación, estuve esperando más de 15 minutos en donde no era hasta que ví los camiones verdes», comentó Marco, otro usuario que solía tomar toda la línea hasta Universidad.
De acuerdo con varios usuarios, aunque no son tantas las estaciones afectadas, el cierre del primer tramo de la Línea 3 ha aumentado hasta el doble el tiempo de traslado.
«Antes de aquí (La Raza) a Tlatelolco eran por mucho dos minutos y ahora me hice casi 10 minutos solo en este tramo», aseguró José Carlos.
Además, la parada provisional dirección Sur, a un costado del Metrobús La Raza, se encuentra sobre una acera en construcción, con excavaciones y cascajo a su alrededor, lo cuál también significa un peligro para los peatones.
«Es que bajas las escaleras del puente (peatonal) y luego luego está el hoyo que hicieron quien sabe para qué pero que ya lleva un rato ahí», dijo Susana.
