Los mexicanos confían mucho en emprender debido al desempleo, la búsqueda de ingresos y el entorno adverso actual.
Esta esperanza se da pese a que el promedio de vida de los emprendimientos en el País es de dos años, frente a los más de cinco en Europa o Asia, según el Monitor de Emprendimiento Global (GEM, por sus siglas en inglés) 2022/2023.
Manuel Molano, profesor del Tecnológico de Monterrey, dijo que los mexicanos confían en emprender porque se han visto obligados a llevarlo a cabo.
«Tenemos más experiencia porque no nos queda mucho de otra.
«Normalmente el emprendimiento en pequeño en América Latina, especialmente en México, es una condición emergente de empleo», señaló.
Además, en el País se dan muchos emprendimientos en la informalidad, es decir, sin requerir protocolos como en Europa, lo que hace más fácil ingresar a esta actividad.
«En México, el propio contexto da origen a la informalidad por la falta de empleos, por la falta de oportunidades y la gente ve en el empleo una alternativa», destacó Ramón Martínez, experto en finanzas personales de la Escuela Bancaria Comercial (EBC).
Como muchos de estos negocios nacen y mueren en la informalidad económica, los costos asociados con abrir y cerrar no son altos, a diferencia de países como Suiza, donde si al iniciar un negocio, no resulta como se esperaba, los emprendedores tienen una serie de compromisos y obligaciones, como pagar a los trabajadores y/o al Estado, según las reglas, destacó Molano.
En cambio, en Latinoamérica el emprendimiento suele ser con dinero de los propios familiares, que en ocasiones están dispuestos a no recibir pago con tal de que crezca el negocio.
La mayor confianza de emprender en América Latina también surge por el consumidor, pues suele ser más abierto a probar nuevas cosas.
En cambio, en Europa hay una población más madura de edad que suele estar arraigada a ciertas marcas y les resulta complicado experimentar, destacó Martínez.
De igual manera, señaló que 70 por ciento del inicio de un negocio en América Latina tiene que ver con productos que ya existen en el mercado y sólo 30 por ciento son artículos y servicios de innovación.
Por el contrario, en Asia y Europa esos porcentajes se invierten, pues son más demandas las propuestas de valor sustancial.
La esperanza y confianza en emprender en países de ingresos medios como México es mayor que la de nacionales con ingresos más altos.
En el País, 67.1 por ciento de los adultos con un rango de edad de entre 18 a 64 años tienen confianza en iniciar su negocio.
Un caso similar es el de Chile, donde la confianza de la población representa 70.1 por ciento.
Por el contrario, en países como Suiza es de 47.6 por ciento y Japón, 14.9 por ciento, según el GEM.
Entre las dificultades que enfrentan los emprendedores mexicanos están los altos impuestos que tienen que pagar conforme crece el negocio y el acceso al financiamiento.
«En realidad nuestros negocios no pueden crecer, tienen un síndrome de enanismo perpetuo, lo que he llamado ‘síndrome de Peter Pan’, se niegan a crecer porque cuando crecen se tienen que enfrentar a situaciones complicadas», destacó Molano.
Martínez agregó que el fin de un negocio se debe más a temas personales que a la falta de conocimiento, por ejemplo, que los dueños decidan volver al mercado laboral como empleados.
«El motivador va más por la necesidad que por un tema de conocimiento, pero cuando no se antepone el conocimiento ante la necesidad nacen los emprendimientos condenados a fracasar», afirmó.
