Los socorristas peleaban el jueves contra el reloj y la lluvia en su esfuerzo de rescatar a supervivientes del devastador terremoto en una zona montañosa de Afganistán, donde se teme un balance peor al millar de muertos ya contabilizados.
El sismo de magnitud 5.9 golpeó el abrupto este del país, cuya población lleva una vida precaria por las consecuencias de la crisis humanitaria agravada desde la llegada al poder de los talibanes en agosto.
Al menos murieron mil personas y 1,500 resultaron heridas
“La gente excava y excava tumbas”, dijo a la prensa el responsable de Información y Cultura de la provincia de Paktika, Mohammad Amin Huzaifa, señalando que al menos mil personas murieron y otras 1,500 resultaron heridas solo en su región.
“Y las cifras aumentan. Hay gente aún atrapada entre los escombros”.
Mohammad Amin Huzaifa, responsable de Información y Cultura de la provincia de Paktika
ONU sin posibilidad de ayudar
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, aseguró que el organismo estaba “totalmente movilizado” para ayudar, a través del despliegue de equipos de primeros auxilios y el envío de medicamentos y comida.
“Dadas las fuertes lluvias y el clima inusualmente frío, el refugio de emergencia es una prioridad inmediata”, dijo la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.
El balance escaló rápidamente el miércoles a medida que los equipos de rescate llegaban a las remotas y montañosas zonas golpeadas. El líder supremo de los talibanes, Hibatullah Akhundzada, advirtió que todavía podía subir más.
Gritos por todas partes
“Fue una situación horrible”, dijo Arup Khan, de 22 años, que se recupera en un hospital de la capital provincial de Paktika, Sharan.
“Había gritos por todas partes. Los niños y mi familia estaban bajo el barro”, agregó.
El director del hospital, Mohammad Yahya Wiar, dijo que hacían lo que podían para tratar a todas las víctimas. “Nuestro país es pobre y carece de recursos”, dijo.
“Esto es una crisis humanitaria. Es como un tsunami”.
Mohammad Yahya Wiar, director del hospital de la capital de Paktika, Sharan
En las redes sociales aparecieron imágenes de casas gravemente dañadas en zonas remotas. El coordinador humanitario de la ONU en Afganistán, Ramiz Alakbarov, dijo que al menos 2,000 hogares habían quedado destruidos.
Un video difundido por los talibanes mostraba a los habitantes de una aldea cavar una larga fosa para enterrar a los muertos.
Un desafío para Afganistán
La catástrofe supone un desafío para los nuevos gobernantes afganos, cuyas políticas islamistas radicales, especialmente contra las mujeres, han aislado el país.
Antes, los equipos de emergencia apenas podían lidiar con los habituales desastres naturales del país, pero, con el ascenso talibán, se han quedado con unos pocos aviones y helicópteros que limitan significativamente su capacidad de respuesta.
“El gobierno hace lo máximo dentro de sus capacidades”, tuiteó Anas Haqqani, otro alto responsable talibán.
“Esperamos que la comunidad internacional y las organizaciones humanitarias ayuden también a la gente en esta situación terrible”, agregó.
Ofrecimientos de ayuda
Estados Unidos, que libró 20 años de guerra contra los talibanes, dijo estar “profundamente entristecido” y está considerando sus “opciones de respuesta”.
La Unión Europea ofreció rápidamente asistencia. El bloque “está dispuesto a coordinar y suministrar ayuda de urgencia”, dijo su enviado para Afganistán, Tomas Niklasson.
Pakistán, país vecino cuyas autoridades indicaron que una persona había fallecido por el sismo, anunció el envío de ayuda humanitaria al otro lado de la frontera.
Afganistán sufre con frecuencia terremotos, sobre todo en el macizo de Hindu Kush,entre este país y Pakistán, que se levanta en la unión de las placas tectónicas euroasiática e india.
Estas catástrofes pueden ser especialmente devastadoras debido a la escasa resistencia de las casas rurales afganas.
En octubre de 2015, un potente sismo de magnitud 7.5 sacudió las montañas de Hindu Kush y dejó al menos 380 muertos en los dos países.
El peor terremoto de Afganistán
El terremoto reciente más mortífero data de 1998, cuando 5,000 personas murieron en las provincias nororientales de Takhar y Badakhshan.
Desde el Vaticano, el Papa Francisco expresó su solidaridad con las víctimas del sismo y deseó que “con la ayuda de todos, se pueda aliviar el sufrimiento del querido pueblo afgano”.
El terremoto se produjo en las primeras horas del miércoles a una profundidad de 10 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
El temblor se sintió hasta en la ciudad pakistaní de Lahore, a 480 kilómetros del epicentro.