Cientos de palestinos resultaron heridos este lunes en nuevos choques con policías israelíes en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén tras un fin de semana de disturbios en la Ciudad Santa, según socorristas palestinos.
Ante el aumento de la violencia, el Consejo de Seguridad de la ONU, a petición de Túnez, debe reunirse más tarde este lunes para abordar la situación en Jerusalén.
La reanudación de los enfrentamientos coincide con la celebración, según el calendario hebreo, del “Día de Jerusalén” que marca la conquista de la parte oriental de la ciudad porIsrael en 1967.
En la mañana, cientos de palestinos lanzaron proyectiles a las fuerzas del orden israelíes en la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar santo del Islam que los judíos llaman el Monte del Templo.
“Hay cientos de heridos en los choques” en la explanada y medio centenar de ellos tuvo que ser trasladado a hospitales, dijo la Media Luna Roja palestina en un mensaje a periodistas.
La policía israelí indicó en un comunicado trabajar para intentar frenar la violencia en la explanada, pero también “en otros sectores de la Ciudad Vieja de Jerusalén“.
“La oración continúa como de costumbre” en el Muro de las Lamentaciones, lugar sagrado del judaísmo y colindante a la Explanada de las Mezquitas, pero “no dejaremos a los extremistas que amenacen la seguridad del público”, agregó.
El viernes por la noche, más de 200 personas resultaron heridas en choques entre la policía y los palestinos en la Explanada de las Mezquitas.
El sábado y el domingo, la calma volvió a la plaza, pero los enfrentamientos se desplazaron a otras áreas de Jerusalén Este, donde resultaron heridas más de cien personas, según la Media Luna Roja.
La policía israelí también informó de heridos entre sus filas.
El domingo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que su país “seguirá garantizando la libertad de culto, pero no permitirá disturbios violentos”.
“Haremos respetar la ley y el orden, con firmeza y responsabilidad”.
Netanyahu, quien defendió la ampliación de las colonias judías en la parte oriental de Jerusalén, ocupada y anexionada desde 1967 por Israel.
“Jerusalén es la capital de Israel. Al igual que cada nación construye su capital, nosotros también tenemos el derecho de construir en Jerusalén. Esto es lo que hemos hecho y es lo que seguiremos haciendo”, agregó.
Una de las causas de la reciente tensión en Jerusalén. Este es el porvenir de varias familias palestinas del barrio de Sheij Jarrah, amenazadas con ser expulsadas en beneficio de colonos israelíes.
“A la luz del contexto actual”, la Corte Suprema israelí aplazó una vista sobre el caso prevista este lunes, anunció el ministerio de Justicia.
Desde la Franja de Gaza, enclave palestino que controlan los islamistas de Hamás, se lanzaron además globos incendiarios y cohetes contra Israel en apoyo a los manifestantes de Jerusalén.
El ejército israelí anunció el disparo de siete cohetes más el domingo por la noche y a primera hora del lunes, dos de los cuales interceptó el sistema antimisiles israelí ‘Cúpula de Hierro’.
En represalia, tanques israelíes “atacaron puestos militares” de Hamás en el sur de la Franja de Gaza, indicó el ejército, que también cerró el paso fronterizo de Erez, el único que permite a los gazatíes pasar a Israel.
Piden que dejen de atacar
Estados Unidos, el principal aliado de Israel, pidió a los altos cargos “israelíes y palestinos que actúen para poner fin a la violencia” y expresó su preocupación por “la posible expulsión de las familias palestinas de Sheij Jarrah“.
Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Marruecos y Sudán -países árabes que han normalizado las relaciones con Israel- expresaron su “profunda preocupación” y pidieron calma a Israel, al igual que el Cuarteto para Oriente Medio (Estados Unidos, Rusia, la ONU y UE), que pidió “moderación”.
Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, instó a Israel a “detener las demoliciones y las expulsiones, conforme a sus obligaciones” estipuladas por las leyes internacionales.
En un mensaje dominical, el papa Francisco pidió el fin de la violencia en Jerusalén, ya que “la violencia solo engendra violencia”.
En Jordania, un país en paz con Israel desde 1994, cientos de manifestantes reclamaron en Amán el cierre de la embajada israelí y la expulsión de su embajador.