Una matanza durante el festejo de año nuevo da inicio a Misántropo, la nueva película de Damián Szifron (Relatos Salvajes), donde las detonaciones que dejan 29 muertos quedan ocultas por la música y el ruido de fuegos artificiales.
Hace casi 14 años aquella escena de caos, celebración y muerte llegó a la mente del realizador argentino, quien la adoptó como una especie de metáfora sobre el mundo actual, y lo llevó a preguntarse quién podría cometer tal acto.
Su búsqueda de una respuesta guía el filme, que llega a cines este jueves, y el cual, como en su aclamada ópera prima de antología, que fue nominada al Óscar, pone la mira en los estallidos de violencia.
«La brutalidad, para mí, es parte esencial del ser humano. Somos animales, si se quiere más evolucionados, pero eventualmente la sociedad o el comportamiento de las personas gatillan eso visceral, instintivo, que de pronto entra en erupción», explicó el cineasta en entrevista.
«La gran diferencia entre Relatos Salvajes y Misántropo es que a quien le saltan los tapones, acá no es un ciudadano de a pie, no es un tipo normal, sino uno entrenadísimo en las armas y el combate, que se parece más a Rambo o a James Bond. La capacidad de daño que tiene un personaje así es mucho mayor».
El cuerpo policial de Baltimore trata de investigar sin pistas la matanza, pues el perpetrador no dejó rastro, y la única que parece entender el razonamiento del criminal es la oficial Eleanor Falco (Shailene Woodley).
Szifron, en su proceso creativo, se deja asaltar por imágenes, personajes, conflictos y diálogos, y como suerte de heroína de la historia irrumpió esa chica extremadamente solitaria, agresiva y con un pasado traumático.
«La temática a explorar era la capacidad de generar empatía con alguien que todos los demás consideran un monstruo. Esta chica está haciendo un esfuerzo diario para contener una especie de monstruo dentro de ella. Además tiene talento, sensibilidad, pero no es registrada por sus superiores.
«Hay una búsqueda de la verdad, de su verdad, pero también la refleja en una actividad que busca entender el comportamiento del otro, quién está detrás de determinado crimen o qué pasó concretamente. Ella pone su angustia al servicio de este caso», detalló.
Misántropo, entrada de Szifron al cine de Hollywood, presenta una crítica a las mordazas que se ha encontrado en aquella industria.
Tras el éxito de Relatos Salvajes, fue reclutado para dirigir El Hombre Nuclear, y el realizador quería que el Pentágono fuera el villano del proyecto, pero tuvo tantas diferencias creativas que terminó por abandonarlo.
«El estudio nunca iba a producir mi visión sobre ese proyecto y yo nunca iba a ser un director por encargo que iba a filmar la película que el estudio quisiese. No tengo nada en contra de eso, pero no está en mi naturaleza avanzar así, me interesa que las cosas que hago expresen, que yo las pueda defender.
«Toda la dinámica y la coyuntura dentro de la institución (policial) refleja muchas cuestiones de los estudios. La mentalidad corporativa infectó la totalidad del planeta al punto que hoy se le da por natural mientras que para mí no es la única manera que tenemos los seres humanos de convivir, sacándonos los ojos todos los días».