Unos 3 mil vehículos en Acapulco están varados por la falta de combustible y la desesperación por conseguirlo saturó las gasolineras.
«Las llamadas a urgencias nos piden gasolina, eso por ahora no podemos hacer, les pedimos que vayan a las gasolineras, que van dando apertura poco a poco. En garrafas», dijo un Coronel a REFORMA.
«Lo que quiero es salir de aquí, por favor, ayúdenme, necesito gasolina para sacar a mis hijos», soltó en llanto doña Cristina en la gasolinera de Renacimiento, la que turistas visitan cuando salen de Acapulco.
«¡No!», alegaron las personas formadas en esta estación.
«Que se forme, llevamos seis horas formados«, expuso un acapulqueño requemado.
Las súplicas no son suficientes para salir de este drama. En el lugar falta todo: alimentos, agua y luz.
Pero aquí las familias dicen que si hay gasolina por lo menos se pueden escapar de este tormento.
«Está espantoso, ya no queremos estar en Acapulco», añadió don Pablo, quien lleva ocho horas en su vehículo, atascado en lodo por falta de gasolina.
En Acapulco anochece y como ayer los habitantes piden alimentos. Por eso pasaron de la rapiña a la pepena.
