
Las restricciones al tráfico aéreo de Estados Unidos seguirán vigentes por un tiempo indefinido mientras se recupera la normalidad, aún tras el fin del cierre gubernamental federal durante 43 días, lo que agravó la escasez de controladores aéreos y provocó recortes de hasta el 6 % de los vuelos en 40 aeropuertos del país.
El secretario de Transporte, Sean Duffy, y el líder de la Administración Federal de Aviación (FAA), Bryan Bedford, indicaron que, aunque decidieron mantener en vigor la medida – tomada por cuestiones de seguridad ante la ausencia de unos 3.000 controladores -, la disminución de las operaciones no llegará al 10 % planeado.
La Administración del presidente Donald Trump y la industria aérea pronostican que aún se necesitará al menos una semana para que todas las operaciones aéreas estadounidenses vuelvan a la normalidad, a medida que los controladores y el personal de seguridad regresen a sus puestos y comiencen a recibir sus pagos atrasados.
Este jueves ya se contabilizan casi 1.000 cancelaciones y más de 700 demoras en todo el país, según el sitio de rastreo Flightaware. Estas cifras, aunque altas, están lejos del pico de aproximadamente 2.900 vuelos cancelados registrados el pasado domingo. Los retrasos llegaron a superar los 9.000 en los peores días.
