El director general de Petroleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero, minimizó nuevamente la fuga de crudo que se presentó en un ducto ubicado en el Golfo de México, y que fue detectado a principios de mes, el cual dijo fue solucionado el 10 de julio.
En conferencia de prensa en la sede de la petrolera, Romero señaló que la estatal nunca trató de encubrir el incidente.
La semana pasada, Pemex refutó informes de grupos ambientalistas sobre un derrame de crudo que cubría 400 kilómetros cuadrados, y Romero dijo el miércoles que la magnitud era mucho menor que la reportada.
A su vez aseguró que la empresa alertó a las autoridades sobre la fuga el 5 de julio, dos días después de detectarla por primera vez.
Pemex, fuertemente endeudada, ha sufrido una serie de accidentes en los últimos años en sus instalaciones en el Golfo de México, de donde proviene la gran mayoría de su producción de petróleo.
El directivo sostuvo que faltan 8 mil barriles de petróleo para que Pemex regrese a la producción de crudo que tenía antes de incendio en plataforma de enlace Nohoch-A.
Explicó que lo registrado en días pasados fueron emanaciones naturales de hidrocarburos al medio ambiente, mejor conocidos como chapopoteras, que se pueden dar tanto en tierra como en el mar.
«La mayor chapopotera que tenemos ubicado es el campo Cantarell, muy cerca del campo Balam«, comentó.
Sobre los enormes volúmenes registrados en días pasados, Oropeza dijo que con datos del Consejo de Investigación de Estados Unidos, las chapopoteras representan a nivel mundial el 46 por ciento de la aportación causal de hidrocarburos en el océano.
«Hay días en la que las emanaciones son muy abundantes, hay otros que no son tan abundantes. Estas son las direcciones hacia donde van esas iridiscencia, pueden ir al norte, pueden ir al sur, esto depende mucho de las corrientes marinas, vientos, mareas de fondos.
«Estas franjas oscuras, si ustedes observan, son las chapopoteras de Cantarell; si observan Balam, prácticamente no hay emanaciones», expusó el directivo.
